A principios de este año, en CEOE CEPYME Cantabria nos hicimos eco de la campaña que el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo ponía en marcha: ‘Evitemos hoy el cáncer laboral de mañana’, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de evitar la exposición a sustancias químicas, cancerígenas o mutágenos en el trabajo, dando así visibilidad al hecho de que una exposición a estas sustancias puede ser el origen de un cáncer en el futuro.
Una campaña donde además de dar a conocer la importancia de adoptar medidas preventivas, buscaba alianzas con asociaciones, organizaciones empresariales, sindicales, mutuas, servicios de prevención para conseguir un efecto multiplicador.
En esta llamada a sumarnos y colaborar, nos invitaba a comentar la experiencia como empresas en la prevención del cáncer laboral, casos de éxito en la sustitución de un agente cancerígeno, implantado un sistema de cerrado en lugares donde parecía difícil o conseguido minimizar la exposición a estos agentes con algún sistema concreto que sirvan de ejemplo y aprendizaje, promoviendo el desarrollo de estas acciones de prevención en otras empresas.
Como resultado de la experiencia compartidas, el INSST ha ido actualizando en la web los ejemplos de buenas prácticas seleccionados:
• Reducción y eliminación de sustancias cancerígenas. Más información
• Medidas de prevención en la exposición a emisiones de motores diésel. Más información
• Sustitución de la sílice cristalina en explotaciones ferroviarias. Más información
1. Proyecto de reducción y eliminación de sustancias cancerígenas en TOGAMA
Togama, empresa de fabricación de mosaico vítreo donde existe una familia de producto denominada “Nacarados”, cuya particularidad es su efecto iridiscente, brillo, que presentan riesgos para la salud con efectos cancerígenos y se obtiene aplicando un producto en una campana con extracción al exterior.
Al identificar que tenían productos con componentes clasificados como cancerígenos de categoría 2, la empresa pone en marcha un proyecto de reducción y eliminación de esas sustancias cancerígenas, atendiendo a los principios generales para la prevención de los riesgos por agentes químicos recogidas en el Real Decreto 374/2001.
Este proyecto, supuso la utilización de nuevos productos reduciendo la concentración de sustancias clasificadas como cancerígenas de 25-100% ó 1-75% a 1-10% actualmente.
2. Medidas de prevención en la exposición a emisiones de motores diésel en las instalaciones de ITV.
Con la publicación del Real Decreto 427/2021, que supuso la inclusión de los trabajos que supongan exposición a emisiones de motor diésel en el anexo I del Real Decreto 665/1997, de agentes cancerígenos, siendo muchos los que se han visto afectados: organizaciones con flota de camiones o maquinaria pesada, almacenes que utilicen carretillas diésel o plataformas elevadoras, talleres de reparación de vehículos e ITV.
Los humos que emiten todos los vehículos que allí se encuentran son susceptibles de ser inhalados por los trabajadores que realizan las inspecciones durante toda su jornada así como otros puestos de trabajo no involucrados directamente, por ejemplo, el personal de oficinas.
Por ellos, las medidas preventivas aplicadas por soluciones Barín, con fotografías de sistemas de extracción que capture los humos de escape directamente en el foco emisor, es decir, en los tubos de escape de los vehículos que impide la puesta en suspensión y dispersión de estos contaminantes por el ambiente de trabajo, pueden ser ejemplo y modelo para el resto de las empresas afectadas por la misma situación de riesgo.
3. Sustitución de la sílice cristalina empresa METRO BILBAO.
Ejemplo pionero en la sustitución de la sílice cristalina, cuya ubicaciones y usos en el mundo ferroviario son fundamentalmente dos: sistemas de tracción o frenado de emergencia y como parte de la traza ferroviaria.
Proceso de sustitución que contó con el acuerdo de colaboración entre el INSST y Metro Bilbao para estudiar el comportamiento de sustancias alternativas a la sílice cristalina en una explotación ferroviaria.
Se trata de un caso en el que nos comparten la cuestiones más complejas: buscar productos de menor peligrosidad propuestos como sustitutos, pruebas que permitan caracterizarlo y verificar que cumple con las necesidades, coordinación con el fabricante de los trenes para comprobación de las pruebas que debían superar y finalmente el silicato de calcio, que fue el único que superó la totalidad de las pruebas y mediante el cual, Metro Bilbao ha conseguido proteger a sus trabajadores contra los riesgos por exposición a SCR, sin perder la eficacia técnica requerida durante la frenada.