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El presidente de CEOE Cepyme Cantabria, Enrique Conde, ha presentado esta mañana el Plan Estratégico de Competitividad del Sector Agroalimentario Cántabro (PEC), el primer gran programa impulsado por la Oficina Agroalimentaria de la confederación desde su creación. Este plan viene a eliminar una serie de barreras que sufre el sector agroalimentario cántabro de forma endémica y que pretendemos erradicar para hacer del sector agro una actividad más competitiva, moderna y transversal.
Conde explicó ante los representantes del sector y el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, Guillermo Blanco, que las principales carencias que se han detectado y que se pretende solucionar con este documento, son:
• Falta de coordinación entre los diferentes gremios para afrontar programas y propuestas comunes.
• Tamaño de las empresas, micropymes la mayoría, que las sitúa en situación de desventaja frente a las medianas y grandes de cada sector.
• Ausencia -hasta ahora- de un agente aglutinador en el sector agroalimentario que reúna a todas las empresas y se convirtiera en una herramienta de interlocución, representación y defensa de los intereses de toda la cadena agroalimentaria.
• Complejidad de aplicación e interpretación de una normativa agroalimentaria cada vez más extensa y exigente, lo que impulsa a las empresas más pequeñas a buscar ayuda en asociaciones para trabajar en común y establecer una interlocución única.
«En todo este proceso que ahora iniciamos con determinación los empresarios necesitamos de la colaboración de las administraciones públicas de manera que trabajando de forma coordinada logremos impulsar y consolidar el sector agro de Cantabria, una de nuestras fortalezas como región».
El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente afirmó, por su parte, que el sector agroalimentario resulta “estratégico” y “fundamental” para el sector primario, para las zonas rurales y para el equilibrio territorial de Cantabria. Su “gran valor” reside, ha dicho Blanco, en su carácter tradicional y en su vinculación con el territorio, además de ser “trascendental” para la fijación de población y el desarrollo de las zonas rurales de Cantabria, teniendo en cuenta la “gran vinculación” que existe entre la industria agroalimentaria y el sector primario agrícola, ganadero y pesquero de la región. Tal y como ha explicado, “se trata de un sector con una gran mayoría de empresas familiares, entre las que más del 50% tienen entre 1 y 2 asalariados, y el 90% tienen menos de 20, lo que nos da una idea de las necesidades del sector, en cuanto a personal, a capacidad de gestión y a capacidad de desarrollo tecnológico”.
“Nuestro sector es fuerte y cada vez más competitivo, cada vez está más tecnificado y preparado en cuanto a capacidad comercial y de desarrollo”, ha subrayado Blanco, quien ha considerado que cualquier planteamiento de ayuda y cooperación “es bueno y puede ayudar a que este desarrollo vaya más rápido y seguro”.
Durante su intervención, ha recordado que el sector agroalimentario tiene un peso “muy importante” en la economía regional, al ocupar un lugar preeminente en la facturación del sector industrial, con un 23% de las ventas totales y una cifra de negocio superior a los 1.700 millones de euros, dando empleo a más de 6.700 personas”.
Además, ha continuado, “es un motor fundamental para el desarrollo de la agricultura, la ganadería y la pesca, por su contribución al aumento del valor añadido de la producción, a la fijación y creación de empleo rural y a la mejora de los niveles de renta de los ganaderos, los agricultores y los pescadores cántabros.
Teniendo en cuenta “los tiempos difíciles que está pasando el sector, con graves problemas para resultar competitivos en un mercado económico globalizado como el actual, con importantes necesidades tecnológicas y un gran incremento del precio de las materias primas”, el consejero se ha mostrado partidario de mantener al sector unido y fuerte para ser capaces de superar todas estas dificultades y afrontar los retos del futuro.
En este sentido, se ha referido a la tecnificación del sector; la brecha digital; la capacidad de emprendimiento; la planificación; el fortalecimiento de las empresas; la diversificación de algunas producciones demasiado concentradas; el posicionamiento en mercados; la venta directa; la puesta en valor de las pequeñas producciones, y el alcance de los mercados maduros.
“El sector agroalimentario de Cantabria es sinónimo de calidad y no de cantidad”, ha destacado Blanco, quien ha abogado por mantener a las grandes empresas del sector en la brecha para que aporte tejido productivo y estabilidad al sector.
En la jornada también han estado presentes, entre otros, la directora general de Pesca y Alimentación, Marta López, y el responsable de la Oficina Agro, Pachi Aguilera, así como representantes sectoriales: José Luis Marsella (sector conservero), César Campo (quesos y derivados), Jose Ramón Pérez Gañán (sector avícola), Pedro Giménez (bebidas alcohólicas), Alberto Pérez (UPA Cantabria), Raúl Guillarón (Asaja Cantabria), Gaspar Anabitarte (UGAM COAG), Jacobo Alonso (sector cárnico), José Manuel Sáiz (Sobaos y quesadas), David Fernández (Industria transformación), Montse Trueba (Panificación), Jaime Castanedo (Pastelería-heladería), Álvaro Ortiz (Industria láctea), Teresa Cuevas (sector apícola), Azucena Jiménez (sector frutícola) y Diego González (sector de la alimentación ecológica).